La elegante pagoda budista de Nanjing se convirtió en uno de los edificios más famosos del mundo por su diseño y los materiales utilizados, hace más de 600 años…
La Torre de Porcelana de Nanjing (Nankín) – 琉璃塔 (Jiangsu) y el Templo Bao’en – 報恩寺 donde se encuentra la pagoda, fueron construidos en el siglo XV, durante el reinado del emperador Yongle (1402-1424), para expresar agradecimiento a su madre fallecida, por lo que se le llamó “Templo de la bondad recompensada”. El emperador Zhu Di murió en la batalla contra los mongoles en 1424, por lo que no vivió para ver el templo y la pagoda completados.
Las pagodas son edificaciones de varios niveles, comunes en distintos países asiáticos, entre ellos China, Vietnam, Japón, Tailandia y Corea. Se construyeron principalmente con fines religiosos como parte del budismo, por lo que se localizaban dentro de los templos budistas.
la historia detrás del Templo Da Bao’en es bastante triste y trágica…
Cuando Zhu Di, nombre personal de Yongle, ascendió al trono después de derrotar a su sobrino, hubo acusaciones de que Zhu Di era un usurpador y no era de pura sangre real. Para anular las acusaciones, Zhu Di ordenó la construcción del templo de la Gran Gratitud en honor a la Emperatriz Ma. Sin embargo, una de las cámaras del templo se mantuvo sellada y nunca se permitió entrar a nadie. Permaneció así durante siglos, hasta que la dinastía Ming cayó ante la dinastía Qing en 1644. Cuando las fuerzas Qing abrieron la cámara sellada, encontraron un santuario en honor a la Concubina Gong.
La concubina Gong (no la emperatriz Ma) era la madre natural de Zhu Di, su primogénito. Cuando la Concubina estaba embarazada del segundo hijo del emperador Zhu Yuanzhang tuvo un parto prematuro. En la China medieval, el parto prematuro se consideraba un signo de adulterio y por ello fue ejecutada (injustamente) por orden del emperador Zhu Yuanzhang (padre de Zhu Di), supuestamente por instigación de la emperatriz Ma.
Zhu Di había construido el Templo de la Gran Gratitud (Templo Da Bao’en y Torre de Porcelana de Nanjing) para honrar a su madre, la concubina Gong.
La construcción de La Torre
Lamentablemente el Emperador no vivió para verlo realizado y lal construcción fue completada por su sucesor, el emperador Xuande (Zhu Zanji). El encargado de las obras fue el gran almirante Zhen He.
Durante los 17 años que duró su construcción trabajaron los mejores artesanos y arquitectos del país. En el centro del Templo se encontraba la Pagoda de Porcelana, que el Emperador quería que fuera “天下第一 塔 ” – “tiānxià dì yī tǎ” – “La Primera Torre bajo el Cielo”
Se entraba por un arco decorativo, a través del cual se llegaba a una estancia de forma octogonal iluminada por una docena de lámparas de porcelana de aceite. Desde allí, subiendo por una escalera de caracol de 184 escalones, se llegaba a cada uno de los nueve niveles del templo, siguiendo con la tradición de edificar con un número impar de niveles. A medida que se subía, el visitante pasaba por pequeños nichos que contenían estatuas budistas. En cada uno de los pisos, cada vez más estrechos de la torre, había un total de 140 linternas iluminaban el templo por la noche y 152 campanillas que colgaban de las cornisas de los tejados, que disminuían de tamaño proporcionalmente al de la estructura de la torre. En el último nivel había un poste del suelo al techo del que emergía la icónica aguja de la Torre de Porcelana. La aguja estaba rodeada por anillos de hierro y coronada con una talla de una piña dorada. En China la piña simboliza la “prosperidad” y en la religión budista “lo sagrado”.
La bellísima estructura octogonal medía 78,2 metros de altura y 30 metros de diámetro en su base y estaba cubierta con coloridos bloques de porcelana blanca vidriada que brillaban a la luz del sol, adornados con una mezcla de esmaltes verdes, amarillos, marrones y blancos y tallas en vidrio en forma de animales, flores, bambú, paisajes e imágenes budistas.
Cuando se construyó, la torre era uno de los edificios más altos de China, sólo superado por la Pagoda Liaoli (Hebei) de 84 metros, construida en el siglo XI y la pagoda de Chang´an, del siglo VII, la más alta del país, con más de 100 metros de altura.
La torre de porcelana de Nanjing: una de las siete maravillas del mundo medieval
La Pagoda de Porcelana fue considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Medieval, un maravilla arquitectónica que representó a la antigua China ante el mundo.
Incluso hubo una referencia a la Pagoda en la historia de Hans Christian Andersen “El jardín del paraíso”, publicada en 1839, cuando East Wind, que voló a casa desde China, le dijo a su madre: “Regresé de China, donde bailé un rato alrededor de la Torre de Porcelana y toqué todas las campanas”.
Cuando el renombrado viajero holandés del siglo XVII, Johan Nieuhof, vio la torre y escribió sobre ella en sus ilustrativas e informativas memorias de China, los europeos la empezaron a conocer y admirar. La porcelana, en ese momento, era uno de los materiales más preciados, las exquisitas vajillas de lujo venían sólo de China, porque los occidentales no sabían cómo hacer porcelana antes del siglo XVIII. La idea de una torre entera hecha de porcelana provocó todo tipo de fantasías sobre Oriente. La torre se convirtió en una de las piezas más conocidas del patrimonio cultural chino en el extranjero y, posteriormente, en un tesoro nacional para China.
La destrucción de La Torre
La Torre permaneció en pie durante cuatrocientos años, hasta que en 1801 un rayo la impactó y destruyó los cuatro niveles superiores. Fue reconstruida rápidamente, pero en la década de 1850, durante la Rebelión Taiping, cuando los rebeldes tomaron el control de la ciudad rompieron las imágenes budistas y destruyeron la escalera interior de la torre para privarle al enemigo de vistas dominantes del río Yangtze y Nanjing desde la pagoda. Finalmente destruyeron toda la pagoda.
Las únicas imágenes existentes de la Pagoda de Porcelana original durante un siglo fueron bocetos dibujados en 1655 por Johan Nieuhof de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, quien por error la dibujó con diez pisos en lugar de nueve.
Tras la destrucción de la pagoda y el templo la dinastía Qing cayó y hubo décadas de caos. Los lugareños construyeron un barrio de chabolas y granjas sobre las ruinas del templo, quedando enterradas y olvidadas.
Descubrimiento y reconstrucción
En 1958, los agricultores que trabajaban en los campos descubrieron accidentalmente piezas de porcelana antigua. Los arqueólogos confirmaron que eran preciosas reliquias de la época de la dinastía Ming y que habían encontrado accidentalmente el gran Templo Da Bao’en y la Torre de Porcelana de Nanjing.
En 2010, con una donación de mil millones de yuanes de Wang Jianlin, fundador del Dalian Wanda Group y uno de los empresarios más exitosos de China, se construyó una réplica a escala real de la Torre de Porcelana así como el “Parque del patrimonio de La Torre” – “大报恩寺遗址公园“. En aquel momento se informó de que se trataba de la mayor donación personal jamás realizada en China.
Tanto la nueva torre como el parque circundante se inauguraron en 2015.
Fue imposible reconstruir la Pagoda de Porcelana en su antiguo esplendor, ya que el arte de fabricar ladrillos de porcelana de la misma calidad se perdió a lo largo de los siglos. La que hoy vemos es una réplica construida con vigas de acero y vidrio.
Al igual que la original la pagoda tiene nueve niveles, cada uno de los cuales es una plataforma de observación, accesible por una escalera interior o un ascensor.
Parados en las plataformas que adornan cada piso de la torre, los visitantes pueden disfrutar de maravillosas vistas de Nanjing, incluidas las antiguas murallas de la ciudad y el río Qinhuai y del agradable tintineo de las campanas que cuelgan de las esquinas.
Tecnología moderna para reconstruir una maravilla medieval
Contemplar la interpretación moderna de una reliquia medieval es una auténtica experiencia del siglo XXI. Si bien las ruinas se han conservado cuidadosamente en sus ubicaciones originales, a menudo están superpuestas con grandes diseños de interiores y mejoras, como ilustraciones animadas proyectadas en arte mural.
Una de las salas que más impresiona al visitante está adornada con paredes de espejos y miles de bombillas que cambian constantemente de color para representar el concepto budista de la luz.
En su interior también se pueden encontrar las ruinas de la estructura original y un cofre de oro que se encontró bajo el templo, que se dice que contiene restos del craneo del Buda Gautama.
En el Parque se pueden usar los teléfonos inteligentes para escanear los códigos QR repartidos por todo el recinto para obtener información adicional.
Interesante historia sobre todas las vicisitudes y curiosidades de esa maravillosa obra de arquitectura.
Muchas gracias por compartirla con todos.